Saturday, June 27, 2009
Cuando cante un tango
Depende del día, depende de la persona, depende de si ando contento, depende de lo que se estudie, depende del disco que ande escuchando, depende de quien piense, depende de quien lo diga, depende de quien echa la moneda, depende del bolsillo, depende de mi padre, depende de mi mismo, depende del azar, depende de cuanto me esfuerce, depende de la estrategia, depende de sus ojos, depende de lo espontáneo que pueda ser, depende del sol, depende de las palabras, depende de la forma en que se enuncia, depende de la muerte, depende de lo imposible que sea, depende del año, depende de la autoridad, depende de lo que se pierda, depende del semáforo, depende del recorrido, depende del tipo de mujer, depende del horóscopo, depende del depende.

No me creo jarabe de palo, ello dijeron hartas cosas antes. Para mi esos dependes me interdependen ahora, en este trance, instante, ciclo, lechuga. Siento que a veces escribir todo lo que siento es un error. Creo que establecer esa división tajante y categórica que sin darme cuenta he establecido está mal. Puedo escribir de cómo es que me siento y que siento de lo que me rodea, y como es que me pienso y luego pienso de lo que acontece fuera de mi. Al final las dos cosas son pura dependencia y aunque trate de distinguirlas férreamente nunca podré abandonar ambos criterios del todo, porque siempre son uno aunque uno intente por todos los medios deshacerse de uno de ellos a fin de utilizar el otro. Definitivamente nunca terminan siendo excluyentes, por más que trate de eufemizar las ideas. No puedo transformarme en un zapato, ni menos en un calcetín (de polar eso si). Ni intentar ser un corazón parlanchín o un hígado con cirrosis hepática. Menos transformarme en un solo sentimiento para escribir desde ahí, porque al final mis palabras terminan siendo puros objetos bien abstractos, y contradicciones de contradicciones infinitas.
La lógica se nos derrumba, el amor se hace añicos.

El cerebro se contamina, el corazón se nos destroza. Dígase como quiera.

Por eso escribo a las tres de la mañana, porque a esta hora es cuando mis pensamientos y sentimientos confluyen y logran generar ideas bien extrañas. Suelen plasmar algunos versos, pero hoy sólo quieren salir y transformarse en esto.

Hay días en los que pienso que la vida tiene mucho sentido y que es bueno pensar de forma positiva acerca de las infinidades de cosas que pasan en un solo momento por mi mente. Luego experimento cosas que suelen no ser favorables y no cambio de parecer. Al menos mi terquedad de seguir siendo positivo siempre dice que finalmente me trae su recompensa. Cuando siento ese estado desolador, de que muchas personas están alrededor mío pero no existen porque ando en Júpiter y quiero estar solo junto a una estufa en el casino y estudiar algo, siempre llega alguien y me saca una sonrisa o hace que un instante tan cotidiano se me vuelva entretenido o poesía. Otros días, digo que la melancolía no tiene nada de malo, porque siempre se entiende a la melancolía como una pena o una nostalgia, y aunque bien la implican no son absolutamente esas dos palabras. Puedo ser un individuo melancólico, pero no es porque siempre ande apenado o nostálgico, sólo pensativo, reflexivo y silencioso. No es que cambie de estado de ánimo de un momento a otro, es que puedo reaccionar de diferentes maneras porque lo que en este caso hace de reactor determina y hace depender lo que suceda. Hay días en que puedo hacer reir a un circo lleno de payasos pero por dentro lo único que quiero es un abrazo.


Es cierto lo último que me dijo y que resultó importante escuchar de ella: antes disfrutaba de las cosas simples.

Si bien aquello no es ciento por ciento, mucha razón existe en la frase. Pero he crecido, he sentido como los últimos dos años han hecho que mis ideas y mis convicciones evolucionen. Pienso que ha sido lo mejor, he aprendido a controlar mis emociones, mi temperamento aunque a eso haya eliminado parte de mi espontaneidad. Pero no es que haya destruído la parte espontánea de mí, es sólo que la he callado, le he dicho que obedeciendo a su naturaleza salga cuando sea el momento oportuno. Al final ser espontáneo todo el tiempo viene a decir que la actitud de por sí es una reiteración y no existe espontaneidad tal.
También he cerrado cada vez más esa parte de mí. Un hombre puede hacerse fuerte cuando se decepciona como dice Fito, pero mientras más va decepcionandose hace que vaya cerrándose más a una mujer que pueda llegar. Cuando decide abrirse nuevamente entonces viene la decepción, y todo queda en nada. Lo decía en el post anterior, el día que esté seguro de haber sentido amor alguna vez será cuando una mujer me haga experimentar algo que jamás haya sentido y que sea comparadamente superior a eso parecido que debería llamarse amor. Y entonces viene a mi mente las palabras del Ivo en el verano, en la casa del Simón ya como universitarios y no como niñitos, de que las personas que se enamoran siempre terminan sufriendo. No puedo decir que esté equivocado, porque lo dice desde su experiencia y en este tipo de cosas no existe uniformidad. Pero creo que lo mejor al final es correr estos riesgos, de lo contrario vivir se vuelve algo mecánico, completamente racional, y da lo mismo si terminas escribiendo a las tres de la mañana en vez de estar durmiendo abrazado a una mujer, porque probablemente dejaría a esa mujer sola un momento, escribiría algo parecido a esto y volvería para abrazarla con más fuerza. Pero con esa fuerza de verdad. Me da lo mismo todo lo que haya sufrido por amor, o lo que pudiera sufrir, si existen personas a quienes pueda entregar lo mismo mientras uno entregue sin esperar lo que se recibe.
Y aunque he insistido con el cuento del cuaderno azul y sus últimas páginas, todo lo que he dicho coincide una vez más con esta etapa de mi vida, en la que estoy lleno de miedo y de inseguridades, pero en que no me desespero porque algo bueno viene en camino. Es cosa de tiempo. Puedo despertar e ir a ducharme, luego tomar desayuno con mis pantuflas de perrito, echar mis cosas al bolso y tomar una rengo lientur para hacer la continuidad o el comienzo, depende de donde se esté viendo.
 
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Friday, June 05, 2009
Lo que es cierto y no (6/6/9)
Es cierto que a ratos extraño a mi familia y demasiado a mis amigos, que hay días en los que camino con alguna buena canción en los oídos y los pienso. También es cierto que los últimos meses mi vida ha tenido francamente de todo. Que hace una semana me sentía extraño y ahora mientras escribo esto veo que las cosas están tranquilas y es mejor que siempre estén así. Que me encanta volver a sentirme así, sacando fotos, escuchando discos nuevos, pensando en otras palabras y no en las mismas de antes y hasta con un horizonte más amplio. Pero como dice que Spinetta, no es cierto tampoco que todo tiempo pasado fue mejor, y es porque mañana puede ser mejor. Y será mejor.
Es cierto que cada día me carga más la gente que siempre ve el vaso medio vacío, y que por lo general trato de hacer indiferencia a esos comentarios mal intencionados o negativos de esencia. A las críticas de los demás uno tiene que aprender a acostumbrarse toda la vida, y que me ha empezado a importar más lo que piense la gente con buen criterio independiente del grado de relación que tenga con ellas. También es cierto lo que dice Paulsen en Qué pasa sobre los grados de relación que existe entre el acceso a la información a a través de la tecnología y el miedo que se produce en las personas a salir a vivir. Lo que dice Villegas sobre Fernando Flores que merece un post aparte, y lo que dice Warnken de Victor Jara. Lo que dice mi profe de Constitucional sobre el terrorismo y lo que dice el horóscopo de hoy de La Hora.
No es cierto que me enamoro todo el tiempo como dicen mis amigos, porque la verdad es que es poco cierto que alguna vez me haya enamorado de verdad. Entiendo que me refiero a ese tipo de amor, y no al otro u otros.
Es cierto que progreso con la guitarra y que me bota todo el cansancio y stress. Que me rayé con los Teleradios, que tengo ganas de lanzarme en un viaje mochilero por Sudamérica y que hay unas melodías bakanes que estoy componiendo.
No es cierto que hablo con Osama Bin Laden por msn, que hablo a menudo con mi madre por teléfono, pero es cierto que ya no hablo con ella y que no me interesa más nada de lo que le pase.
Es cierto que me gusta mucho la carrera, y que me he vuelto inmensamente ñoño y estudioso y me gusta estudiar cuando aprendo y pienso, y me formo un criterio plurivalente de las cosas. Porque es muy cierto que me gusta opinar de las mayorías de las cosas, y leer los diarios y reirme de los spam de gmail. Que me encantaría tener un blackberry y pasar leseando en twitter, comer pan con esa pasta de pavo y champignon y que Chile gane marrato en Asunción.
Es cierto que Gatica toca la guitarra en el patio mientras yo en el casino escribo esto y que suena una canción de los Primavera, que a todo esto igual me tienen rayado.
También es cierto que cada día que pasa me encanta vivir más en Concepción y que me dará mucha pena el día que me vaya de aquí a algún otro lugar, considerando que mi espíritu de aventura y nomadismo me condena a serle fiel.
Que escuchar música clásica es un deleite sobrenatural, igual que comerse el chocapic sin leche.

No es cierto que ya no me acuerdo nada de ti, porque la verdad es que siempre me acuerdo de ti algunos días del año y nunca olvido las cosas que prometo. Tampoco es cierto que toda la política de Chile sea mala, que todos los políticos son malos y que la Concertación no haya hecho nada los últimos veinte años.

Es cierto que los veranos leo Cortázar y el The Clinic, y que en el año leo almanaques y revistas de actualidad. También es cierto que ahora tengo que terminar de escribir esto porque vamos a ver a la Cony y que la máquina del café la lleva absolutamente. Sobre todo los fines de semana, cuando hay poca gente.
 
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