Es uno de los tantos tipos a los que he crecido admirando. Pero resulta que cuando me refiero a él como un genio, como un talento innato o simplemente alabándolo como se merece la respuesta de la mayor parte de la gente, de aquella que no sabe distinguir entre un buen artista y una persona común y corriente con deudas y zapatos, es: ése hueón está loco, ése hueón está enfermo, ese hueón está cagao, etc. Da rabia, y no porque espere que toda la gente encuentre en González el gusto por sus letras y melodias, sino porque en este país especialmente, no se sabe reconocer y distinguir el trabajo y el talento de cosas que tienen que ver con la vida personal de cada uno. Es un proceso mental tan simple y no me cuesta tanto trabajo entender que la gente aqui es fácil de manipular y le creen a los diarios y los programas de farándula. Que la independencia intelectual esté perdida hace rato no es novedad.
A mi no me importa que González se haya cagado a su mejor amigo con su esposa, que le haya sido infiel mil veces a cada una de sus parejas, que se haya pegado todas las rayas del mundo, que insulté a quien se le cruce por delante o simplemente que hable de lo que se le da la ragalada gana sin respeto por nada ni nadie. Yo no admiro a ese Jorge González, y tampoco me voy a poner a criticarlo. Para eso ya existen millones de zopilotes. Prefiero reconocer en este tipo todo su talento, su maravillosa forma de componer y su frontalidad para decir las cosas, sea en canciones sea en acordes o de cualquier manera en la que ratifique su genialidad.
Es un crack, es un ídolo, es la gota que rebalsa el vaso, el vale otro que sale siempre en la radio y simplemente Jorge González que de un nombre común y sencillo, que envalentonado en una época en la que pocos se atrevian a ser contestatarios, quien criticó con tanto resentimiento a los mismos de los cuales más tarde se rodeó, el que manda los micrófonos a la chucha. Decía al comienzo que es uno de los tipos que he crecido admirando, y claro que si. Porque también maduraré y envejeceré escuchando sus canciones y será una de las grandes influencias en mis propias composiciones, si es que ya no lo ha sido en alguno de mis poemas.
Seguramente de este tipo se seguirá escribiendo mucho, y no lo digo por el libro reciente de Narea "Mi Vida Como Prisionero", el mismo que después sale en las noticias hablando de que después de treinte años no sabe quién es Jorge. Es evidente que la palabra polémica la lleva en la frente, y es eso lo que le da el toque interesante a esta historia, la que algún día también espero narrar desde mi perspectiva. Independiente de la verdad, las versiones son las que le dan ese gusto azaroso, y uno ve a quien le cree. El que ya hablemos de Gonzalistas y Nareístas hace ver la bisectriz directa que existe, y aprovecho de paso y, me declaro Gonzalista acérrimo. Era obvio.
Y bueno, en el fondo este post precisamente tiene algo de fondo. Tengo la esperanza de que en este país algún día una generación le de por reconocer las cosas sin criticarlas tanto, sin dejarse llevar por cosas ajenas y sin sentido, que piensen un poco y que dando lo mismo los gustos, sepan reconocer lo bueno, o sea, el trabajo, el esfuerzo, el talento, etc. Sueño con eso en realidad, creo que parto por mi y trato de influenciar en los que están cerca de mi con respecto a eso.V a ser bakán cuando la gente se alegre porque al otro le va bien y merece sus logros, merece su éxito y merece ese merecido reconocimiento, valga la redundancia.
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Dale un hijo Millar.
Lo mejor de este tipo, musicalmente hablando, es que hace música simpaticona fácil de aprender, memorizar, pegajosa y tarareable. Eso te lo dice alguien que no sabe mucho de musica(pora lgo estaba en Artes).
Y no musicalmente ese tipo es...feo