Es probable que mucha gente no entienda de que se trate. Es tan simple de justificarlo a fin de cuentas, aún cuando resulte complejísimo entenderlo. Ya se llame pasión, entusiasmo, espíritu, ki, cosmos, honor, inclinación, tendencia, porquesi, etcétera. Está ahí, nos sigue, persigue, deja, llama, vuelve a justificar, niega, responde, espera, precisa, subjuntiviza, existencializa, ameniza, llena de vigor, fortaleza, armonía, pluscuamperfectamiento, destreza, milagro, energía, dioses... por la chucha.
Y no es algo que se aprenda y aunque parezca una contradicción no creo que sea inherente tampoco. Es un mix bien sabrosón que tiene lo cotidiano y proyectable. Permanece, pese altibajos, se queda y transforma y vuelve a ser.
Termina siendo la razón, porque cuando me levanto en las mañanas y cierro los ojos por las noches, en mi fría y solitaria habitación universitaria llena de poesía, libros y dibujos, la pasión también duerme conmigo y se levanta cuando la estimo conveniente. La enaltezco de vez en cuando, pero la llevo impregnada al cuerpo, y aunque afloren puros sentimientos cuando la escriba, y afectos cuando la comparta, y risas cuando la humorice, como pocas cosas en la vida, será fiel.
pasión.
(Del lat. passĭo, -ōnis, y este calco del gr. πáάθος).
1. f. Acción de padecer.
2. f. por antonom. pasión de Jesucristo.
ORTOGR. Escr. con may. inicial.
3. f. Lo contrario a la acción.
4. f. Estado pasivo en el sujeto.
5. f. Perturbación o afecto desordenado del ánimo.
6. f. Inclinación o preferencia muy vivas de alguien a otra persona.
7. f. Apetito o afición vehemente a algo.
8. f. Sermón sobre los tormentos y muerte de Jesucristo, que se predica el Jueves y Viernes Santo.
9. f. Parte de cada uno de los cuatro Evangelios, que describe la Pasión de Cristo.
~ de ánimo.
1. f. Tristeza, depresión, abatimiento, desconsuelo.