Cuando uno habla de Luis Alberto Spinetta la mayoría de la gente queda desconcertada. Es Argentino ¿cierto? debe ser lo único que atinan a decir. La mayoría sólo lo conoce porque canta muchacha ojos de papel y porque en en esa famosa canción fogatera de los enanitos verdes lo nombran junto a un montón de hojas. Nadie siquiera imagina que el flaco no es más ni menos que el Dios de los rockeros de aquel país de tantos grandes. Por la chucha, mi papá casi se va a argentina con mi mamá antes de que naciera. Perdón por perder mi patriotismo asi tan derrepente, pero es que vengo llegando del concierto más vislumbrante al que he asistido alguna vez. Ni siquiera comprable con haberle dado la mano alguna vez en pleno concierto al mismisimo vocalista de U2. O haberse colado evadiendo guardias y haberle estrechado un apretón de manos a Pedro Aznar junto a un gentil: Gracias Pedro. Luis Alberto Spinetta hoy me dio una lección de vida. Una gran lección de vida. No me voy a jactar de haber estado en primera fila pagando nada más que quince mil pesos, porque ya lo hice en el solo hecho de decirlo. Como dicen por ahi se cuenta el milagro pero no la santa. ¿Cómo te puede dar una lección de vida un tipo que a simple vista parece que pesara menos de cincuenta kilos y que tiene la garganta más desgastada que la de salo reyes? Un flaco Spinetta que en escena nunca volverá a ser lo mismo que en Pescado Rabioso, Spinetta Jade o Serú Girán. Pero que sin embargo el hecho de tener más edad lo ha hecho un sabio de esos que siguen perreando de lo lindo por los mismos lugares que lo vieron crecer y ahora lo ven envejecer. La respuesta a esa enseñanza es bien sencilla.
Luis Alberto Spinetta te puede hacer sentir que en la música se encuentra todo lo que hay que saber para ser feliz. Te dice mediante esos rasgueos tan característicos y esa melodía base tan inalterable que el oro del oro está en ti mismo. En cada paso que das por la calle y en cada pedazo de vida que levantas del suelo y arrojas a él.
Estoy tremendamente feliz, me puedo a ir a dormir satisfecho y puedo morir tranquilito.
Spinetta es Dios.
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Concha.. Y toro. Melchor
Bueno.. Emm me gusta mucho esa canción.. Muchacha ojos de papel, es más la tengo en el pendrive.
Yo inventé una la otra vez.. Se llama "Muchacha bolas de huevo".. Muy a lo Charlie García
$aludos Maestro!