Lo anterior corresponde a mis primeras impresiones cuando vine a esta ciudad en febrero a buscar el lugar donde iba a vivir durante este año. En el que actualmente estoy viviendo. A la salida, sobre un bus, dejaba caer eso. Ya a dos semanas de haber llegado hay cosas que he podido confirmar por mi cuenta. Cosas que no han parado de sorprenderme y cautivarme. Ayer me compré un tocadiscos y hoy fui al estadio a ver Deportes Concepción versus Universidad de Concepción. El fútbol aquí se vive con la misma pasión pero con diferentes costumbres. Imagino que asi era a la antigua. La familia en el estadio, la viejita con el viejito, el caballero que deja a la vieja en la casa y se va con su radio a pilas (ahora su personal o emepetré si es que el nieto le enseñó y se lo regaló para navidad o el cumpleaños) . Hasta los garabatos en contra de un árbitro al tener una entonación especial adquieren un estilo propio. Es sorprendente. El verdadero león , el león de collao vencio dos a cero a los del campanil. Me reí mucho viendo como se perdian goles, tiros en el palo, gente inquieta vociferando dioses extraños y esos cánticos tan de estadio. El mundo del fútbol va más allá de los tipos que están en la cancha, se extiende a sus hinchas, a las previas, a los peloteros, a la gente que trabaja vendiendo cosas, en las alegrías que genera tamaña actividad, en esos corazones que se mueven al ver que su equipo pierde y esas manos que se alzan pidiendo un gol para la contundencia. Tengo tanto que escribir todavía del fútbol por la cresta. Mamá, Concepción es bakán.
Los primeros días eso si me sentí muy solo. Es obvio, no conocía a nadie. Bueno, no es que ahora conozca tanta gente, pero la poca que conocí me ha acogido súper bien y me ha hecho sentir alegre. Motivado. Algo que en Santiago había perdido, y que independiente de como se hayan dado las cosas y todo lo que tuve que pasar antes de estar acá desde mi pieza en la pensión un lunes de madrugada actualizando el blog, puedo decir con convicción que algo muy bueno trae.
Me gustaría caminar dos cuadras más para llegar a mi universidad. O alcanzar a escuchar dos canciones desde que abro la puerta y salgo. Tengo que arreglarle una cuestión al tocadiscos, y seré un hombre de bien y completo. Sin chucrut ni americana eso si.
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no te enoji ps =(
te quiero feucho... =D
asi mucho mucho!